el amianto mata. Solidaridad con lxs trabajadorxs de Metro.

La sociedad en la que habitamos es nociva para la salud. Es mortal. Sólo es necesario pensar un momento en la cantidad de productos químicos que forman parte de nuestra cotidianidad: desde los productos que comemos, hasta los que usamos para lavarnos, por no hablar de todo la  nocividad necesaria para producir todos estos productos o la necesaria para hacer que funcionen nuestras prótesis tecnológicas: para mover los coches, cargar los móviles etc… Todos estos gestos producen en nocividad en el ambiente y en nosotros mismo. Se puede decir que somos sometidos a bajas dosis de veneno durante toda nuestra vida. Como consecuencia una vida nociva en la que cada vez vemos la extensión de gran cantidad de enfermedades a nuestro alrededor tanto físicas como psíquicas: desde el alzheimer producido por los disruptores endocrinos ( causantes de otras muchas enfermedades) a los canceres de diferentes tipos provocados por la contaminación o exposición a insecticidas, herbicidas o a cualquier químico que encontramos en todos los productos que usamos a diario. La sociedad industrial no puede sobrervivir sin la producción en masa de todos estos productos, necesarios para la artificialización de todo lo vivo, de la vida, para poder controlar el mundo.

 En este contexto de nocividad extendida a todas las actividades de la vida (trabajo, alimentación, relaciones etc…), es en el que se produce en el último año la muerte de varios trabajadores de metro. El causante de estas muertes es el amianto un material presente en este sistema de transporte: en los vagones de metro (también se encuentra en numerosos productos como el cartón, los aislamientos de las casas etc..) cuya  ainhalación de fibras de amianto está en el origen del mesotelioma, un tipo de cáncer relacionado directamente con el amianto, que se puede desarrollar hasta 30 años después del contacto con el amianto (no es necesario que sea un contacto continuado, hay es suficiente con un único contacto, con una única fibra), este cáncer es agresivo y suele tener consecuencias mortales, se había detectado entre trabajadores y familiares de trabajadores (que quedaban expuestos por las fibras transportadas a la ropa de los trabajadores) de uralita y Rocalla, pero como el amianto se ha utilizado ampliamente   en todo van apareciendo nuevos casos cada día, los últimos han sido los metros de Madrid y el de Barcelona.

Hoy han sido lxs trabajadores de metro, ayer los minerxs que se enfrentan a numerosas enfermedades por sus condiciones de trabajo y exposición a elementos cancerígenos y tóxicos, en nuestras mentes el envenen

namiento masivo que sufrió una parte importante de la población, con mas de 300 muertos y miles de afectados en el caso conocido “síndrome del aceite toxico” detrás del cual se encontraba la multinacional Bayern hoy dueña de Monsanto culpable también de la extensión del cáncer entre la población con sus pesticidas.

No son fallos del sistema, no son casos, no son unos números, es la sociedad tecno industrial, su funcionamiento y su lógica devastadora. Desde aquí nuestra solidaridad con lxs trabadorxs del metro, con aquellas que sufren la nocividad del sistema.