[Analisis] El auge de la biometría

Fuente: negre i verd

El control biométrico de la población ha ido convirtiendo en un hecho tan cotidiano que ya está prácticamente normalizado. Hasta el punto de que nadie se extraña de que para poner en marcha un dispositivo móvil o un ordenador, para acceder al puesto de trabajo o entrar en una piscina municipal, para entrar en el comedor de la escuela, la universidad o la empresa , o para hacer una gestión en un banco, para entrar en el Parque Güell, haya que poner el dedo, la palma de la mano o la cara sobre, o delante, de un sensor biométrico.
De hecho a nadie extrañó que: al actual DNI, haya un chip con datos biométricos nuestros, con las huellas digitales y la imagen de la cara en 2D (cualquier día la introducirán en 3D que es más precisa). También han dejado de ser una novedad las máquinas biométricas de los aeropuertos para hacer más rápido el paso por el control de frontera (más rápido para los súbditos europeos claro) y pronto dejarán de sorprender a los cajeros automáticos con reconocimiento facial.
La expansión de la biometría viene impulsada por un descenso radical de los costes y por un aumento de la fiabilidad derivado de la introducción de la intel • inteligencia artificial y «el aprendizaje profundo», ahora (con datos mundiales) un 26 % de las empresas utiliza alguna herramienta biométrica.
El marketing de la biometría recalca su supuesta seguridad e inviolabilidad (es exclusiva de cada uno), así como la comodidad, no hay que recordar contraseñas ni llevar documentos o aparatos encima y, ya se sabe, que por comodidad aceptamos lo que sea.
El mercado de software y hardware biométrico se expande a gran velocidad, entre 2016 y 2019 ha crecido desde los 2.400 millones de $ (2016) hasta los 4.500 (2018), casi se ha duplicado y, se prevé, que en 2025 llegue a los 15.100 millones de $, esto quiere decir que entre el 2016 y en 2025 crecerá más del 600%! ( Www.tractica.com ).
Así pues la indignación ante estas intromisiones en lo más íntimo de nuestros cuerpos ha ido diluyendo y no es de extrañar que la noticia de que el estado francés está constituyendo un fichero biométrico con datos de los menores migrantes no haya merecido demasiada atención ( http://www.lefigaro.fr/flash-actu/mineurs-isoles-des-associations-denonc ).
Esta vez la excusa es que los menores, cuando se les declara mayores de edad para los servicios de evaluación, hacen intentos a diversas instituciones para ser re-evaluados, ya que al ser una evaluación absolutamente subjetiva varía entre comarcas, entre ciudades , entre días, entre periodos del año …
la intención proclamada es el control de los menores y las expulsiones subsiguientes y ha sido aprobada por el Consejo Constitucional (https://www.liberation.fr/france/2019/05/16/fichier-biometrique-des-mine ).
El resultado ha sido una bajada radical de las peticiones de protección, que han bajado entre un 25 y un 50%, con el riesgo de abuso y explotación que ello supone.
No es, naturalmente, la primera vez que se utilizan técnicas biométricas en el control de los movimientos de población, pero si que es la primera vez (o al menos la primera reconocida) que se aplica a menores, aunque sospechamos que archivos como este no son raros en la democrática Europa, al menos con las huellas dactilares.
Las diferentes tecnologías biométricas, cada vez más diversificadas (voz, olores, latido del corazón …), cada vez más fiables, baratos y fáciles de implementar, están llamadas a ser la herramienta omnipresente del control social. El control social de todos, pero muy especialmente de aquellos que no encajan en un modelo determinado de sociedad, y entre estos muy especialmente los inmigrantes sin la documentación del estado … y como que los movimientos masivos de población provocados por el cambio climático y las guerras que genera, irán, inevitablemente además estas armas del estado y el capitalismo irán también además, creando rediles electrónicas donde sólo quieren sus ovejas.